Thrustmaster TMX

El sim racing ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Cada vez son más los usuarios que se introducen en este apasionante mundo de las carreras virtuales. Pero hay un accesorio imprescindible para sentirse como un verdadero piloto: el volante con retroalimentación de fuerza.

En esta revisión analizaremos a fondo el Thrustmaster TMX, una excelente opción con una relación calidad-precio inmejorable para iniciarse en el sim racing. Veremos todas sus características, rendimiento, materiales, competencia directa y al final daremos nuestra recomendación sobre si merece o no la pena.

El Thrustmaster TMX es un volante para Xbox One y PC con retroalimentación de fuerza y un set de pedales incluido. Se posiciona en la gama media-baja con un precio habitualmente inferior a los 200€. Está pensado para usuarios nuevos en sim racing que buscan iniciarse sin una gran inversión inicial.

Veamos cuáles son sus puntos fuertes y débiles:

Ventajas

  • Precio muy competitivo, ideal para presupuestos limitados
  • Retroalimentación de fuerza decente para su rango de precio
  • Rotación suave gracias a su transmisión híbrida de correa y engranajes
  • Amplio abanico de mejoras con pedales, palancas y volantes Thrustmaster
  • 14 botones totalmente programables
  • Compatible con PC y Xbox One

Desventajas

  • Pedales de goma muy básicos incluidos
  • Carcasa de plástico algo endeble
  • Falta de diales y cuenta vueltas
  • Montaje limitado al soporte de sobremesa
  • Algunos problemas de sobrecalentamiento y durabilidad

Características principales

Rueda y base

El Thrustmaster TMX destaca por ofrecer una experiencia de conducción solvente sin disparar el precio. Analicemos sus principales características:

Tamaño y materiales

La rueda tiene un diámetro de 28 cm, ligeramente superior a los 26 cm de la Logitech G29. Esto la hace ideal para la mayoría de usuarios, ya que no se sentirá ni demasiado grande ni pequeña.

El aro exterior es de plástico en su totalidad, excepto las levas de cambio metálicas. Esto contrasta con la G29 que incorpora una placa central de metal y un aro de cuero. Sin duda el acabado del TMX se siente menos premium, pero cumple su función perfectamente.

Botones y controles

En el volante encontramos los clásicos botones X, Y, A, B del Xbox One con sus colores identificativos. No tienen la misma calidad que en el mando original de Xbox, pero cumplen sin problemas.

Además dispone de 14 botones totalmente programables para asignar los controles que necesitemos en cada juego. Echa en falta algún dial o cuenta vueltas como en el Logitech G29.

Las levas de cambio son de metal, bastante sólidas y con un clic bastante preciso. Eso sí, requieren apretar más de lo necesario hacia el final del recorrido, lo que puede ralentizar los cambios.

Software y funciones

El software de Thrustmaster permite personalizar diversos ajustes como los grados de rotación o probar la retroalimentación. También se puede modificar la fuerza de los efectos.

Aunque cumple su cometido, le faltan opciones adicionales como calibrar los pedales o ajustar la fuerza de activación. Claramente tiene margen de mejora para estar al nivel de Logitech.

Motor y retroalimentación de fuerza

Uno de los puntos fuertes del TMX es su transmisión híbrida mediante correa y engranajes. Esto lo hace mucho más suave y silencioso que uno puramente de engranajes como el Logitech G29.

Produce unos 2Nm de torque, ligeramente menos que los 2.2Nm del G29. Aun así, la fuerza es consistente y suficiente para un usuario novel. Se nota que le falta potencia en comparación, pero cumple su cometido.

Tras muchas horas de uso se aprecia cierta degradación con una sensación más granulada y menos definida. Pero no es nada grave que estropee la experiencia.

Pedales

Uno de los puntos más débiles del conjunto es el set de pedales incluido. Fabricados completamente en plástico, se sienten poco precisos y muy básicos.

El pedal del acelerador carece de cualquier resistencia y parece más un juguete. El del freno tiene muy poca progresividad, resultando complicado dosificar la frenada y provocando bloqueos.

Claramente no están a la altura de los pedales metálicos y con carga celular del Logitech G29. Eso sí, al menos incluyen sujeción al suelo para evitar que se deslicen.

Afortunadamente se puede mejorar el set con los pedales T3PA de Thrustmaster que se conectan plug and play al TMX. Marcan un antes y un después con unos pedales a la altura de los mejores sets del mercado.

Sendero de actualización

Una de las grandes bazas del Thrustmaster TMX es que puedes ampliarlo fácilmente con accesorios de gama alta.

Los volantes y pedales de Thrustmaster son compatibles entre sí, por lo que puedes añadir:

  • Pedales T3PA, T3PA Pro o T-LCM
  • Palanca de cambios TH8A
  • Volante F1 o Ferrari con tecnología de ajuste automático de par

Esto supera con creces a la única opción de Logitech de incorporar su palanca de cambios. El ecosistema de Thrustmaster ofrece mucho más recorrido.

Calidad de construcción

Aunque la relación calidad-precio es inmejorable, los materiales se resienten lógicamente para abaratar costes. Veamos cómo aguanta el uso:

Materiales

La carcasa exterior es de plástico en su práctica totalidad, con el aro y botones en este material. Las levas de cambio son la excepción al estar fabricadas en metal.

Se echa en falta algún elemento en otro material más premium, pero cumple perfectamente con su cometido a este precio.

Durabilidad y fallas de hardware

Tras cientos de horas de uso intensivo, se aprecia cierto desgaste en la zona de agarre y en la respuesta de algunos botones que pierden resistencia.

Otro punto débil es la tendencia al sobrecalentamiento tras periodos muy prolongados a alta intensidad. Esto podría acabar dañando el motor, así que es importante hacer descansos.

El eje que sujeta la rueda también muestra cierto juego si ejercemos fuerza hacia los lados. Podría acabar rompiéndose con el tiempo si tiramos demasiado del volante hacia nosotros.

Pese a estos puntos mejorables, en general demuestra una buena durabilidad para su gama de precio y suele soportar años de uso sin problemas graves.

Competencia

Veamos cómo se posiciona el Thrustmaster TMX frente a sus rivales directos más populares:

Logitech G29

El veterano Logitech G29 sigue siendo una referencia gracias a su calidad de construcción y FFB bastante potente. Sus pros y contras:

  • Mejor construcción con volante de cuero y pedales metálicos
  • Ligeramente más par motor (2.2Nm vs 2Nm)
  • Sin opción de mejora con accesorios propios

Fanatec CSL DD

Si nos estiramos un poco más en presupuesto, el CSL DD de Fanatec ofrece un salto importante:

  • Excelente torque de 5Nm (8Nm con boost kit)
  • Materiales y construcción superiores
  • Ruedas intercambiables
  • Pedales CSL mejorados disponibles

Obviamente está en otra liga por precio, pero muestra el camino a seguir en una futura actualización.

Conclusión

Tras analizar a fondo el Thrustmaster TMX, llega el momento de la conclusión final con sus puntos fuertes y débiles:

Resumen de pros y contras

Pros

  • Relación calidad-precio imbatible
  • Retroalimentación de fuerza más que decente
  • Excelente opción de entrada al sim racing
  • Amplio abanico de mejoras disponibles

Contras

  • Pedales básicos de goma incluidos
  • Construcción mayormente en plástico
  • Cierta tendencia al sobrecalentamiento
  • Montaje limitado a la pinza de sobremesa

Recomendación final

El Thrustmaster TMX es un gran volante para iniciarse en el apasionante mundo del sim racing, con una calidad muy solvente teniendo en cuenta su precio habitual por debajo de los 200€.

Cumple perfectamente su cometido de ofrecer una experiencia de conducción realista sin gastar una fortuna. Ideal para nuevos en sim racing con presupuesto ajustado.

Destaca especialmente la posibilidad de complementarlo más adelante con los excelentes pedales, volantes y palancas de gama alta de Thrustmaster.

Si buscas ese primer paso de calidad en tu configuración de simulador, no lo dudes más y hazte con el TMX. No te defraudará.

Preguntas frecuentes

¿Merece la pena el gasto extra sobre un volante sin FFB?

Totalmente. La retroalimentación de fuerza añade una capa de inmersión imprescindible para sentirte dentro del vehículo. Muy recomendable para vivir la experiencia completa.

¿Aguanta bien los años de uso?

En general sí, aunque los materiales se resienten un poco con el paso del tiempo. Con un uso responsable es perfectamente viable que dure varios años sin problemas.

¿Es complicado de instalar y configurar?

Para nada. Se monta con la pinza en la mesa en pocos minutos. A nivel software requiere instalar los drivers de Thrustmaster y poco más. En Xbox One va plug and play.

¿Qué mejoras merece la pena incorporar en un futuro?

Sin duda los pedales T3PA o T-LCM son el upgrade que más cambiará la experiencia. También se puede añadir la palanca de cambios TH8A para una conducción más realista.

¿Es viable para juegos arcade o solo para simuladores puros?

Aunque destaca especialmente en simuladores, se puede aprovechar sin problemas también en juegos más arcade como Need for Speed o incluso en algunos multijugador.

Thrustmaster TMX